En Argentina se estima que 139.000 personas viven con VIH, de las cuales el 17% desconoce su diagnóstico y en promedio se notifican 5800 casos nuevos por año.

Durante 2020, debido a la Covid– 19, los testeos de VIH sufrieron una caída promedio del 40%, debido al cierre de los centros y la baja predisposición de las personas a concurrir a centros de salud.

Es por eso que AIDS Healthcare Foundation (AHF), en el marco del Día Mundial del sida que se conmemora el 1 de Diciembre de 2020, llama a gobiernos, sociedad civil y sector privado a trabajar juntos para no perder los avances logrados en el VIH y sida. Bajo el lema “Sida: la otra pandemia” busca hacer un recordatorio urgente al mundo: en tiempos de la COVID-19, el VIH y sida debe mantenerse en un lugar destacado de la agenda de salud pública mundial porque todavía cobra cientos de miles de vidas cada año.

“En el contexto de COVID-19 tenemos que volver a hablar de VIH y sida, porque a pesar de la sindemia, tenemos una promesa que cumplir: que en el 2030 se termine con la epidemia del sida” remarcó el Dr. Miguel Pedrola, director científico para Latinoamérica y el Caribe de AHF.

De una encuesta realizada por AHF Argentina sobre sexualidad y cuarentena, reflejó que más de la mitad de quienes rompieron la cuarentena para tener sexo (el 56%) no usó siempre preservativos, lo que hace temer un aumento en las infecciones post cuarentena. Por esto, hay que hacer foco en el uso de preservativos y la realización del test de VIH.

“Covid-19 ha capturado, y con razón, la atención de la agenda mundial, pero no debemos olvidar la pandemia que ha estado asolando a la humanidad más de tres décadas, el sida, que todavía afecta a millones de personas en todo el mundo”, dijo Terri Ford, jefa de Política y Abogacía Global de AHF. “Es vital que los líderes mundiales también mantengan su atención en el VIH este Día Mundial del sida y más allá, y campañas como ‘Sida: la otra pandemia’ son una forma de hacerlo”.

La respuesta mundial al sida todavía es insuficiente, cada año se necesitarían al menos 6 mil millones de dólares más para financiar los esfuerzos en todo el mundo; esta brecha probablemente se ampliará aún más con la pandemia de Covid-19. Los donantes gubernamentales deben aportar su justa parte para mejorar y continuar los esfuerzos en prevención del VIH y garantizar que quienes lo necesiten tengan un acceso equitativo a cuidados y tratamientos que salvan vidas.

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