“Dos Espíritus” una comunidad queer en pueblos indígenas de Norteamérica.

El artículo de Vogue nos cuenta la historia de Adrián Stevens y Sean Snyder, dos hombres indígenas han bailando juntos por siete años

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Hace algunos meses Vogue México sorprendió con la portada de una muxe, celebrando su cultura, vida y tradiciones. En esta ocasión Vogue EEUU ha vuelto a llenarnos el alma de gozo al compartir la historia de una pareja de origen indígena a la que se le conoce como “Two-Spirit” (“Doble Espíritu”, en español).

La comunidad indígena de Norteamérica suele honrar a sus miembros que son conocidos como “Two-Spirit”, término asociado con aquellos indígenas que poseen los dos espíritus (masculino y femenino) cumpliendo los dos roles en su vida personal. Durante la ceremonia se enaltece a estas personas con “espíritu doble” de una manera respetuosa ya que son considerados especiales por el hecho de poder existir “entre ambos mundos”.

Sin embargo, y a pesar de que la mentalidad abierta dentro de esa cultura en términos de género y orientación sexual, aún hay aspectos que son menos “tolerantes”

Un claro ejemplo de lo anterior sucede durante los “Powwow”, una festividad organizada por comunidades indígenas para que los nativos se conozcan, bailen, canten, socialicen y honren su cultura. Durante dicha celebración se llevan a cabo diferentes danzas tradicionales pero muchas de ellas aún se segmentan dependiendo el sexo de los participantes. Por ejemplo, hay algunas que solo son exclusivas para mujeres.

Pero esto no ha impedido para que se busque un cambio parcial o total en dicha regla pues con la visibilidad de los “Two-Spirit” que cada vez crece más, se ha buscado reescribir algunas reglas, permitiendo así que en diversos bailes se pueda participar sin importar género.

El artículo de Vogue nos cuenta la historia de Adrián Stevens y Sean Snyder, dos hombres indígenas han bailando juntos por siete años. La pareja “Two-Spirit” radica en Las Vegas, Nevada y constantemente llevan su performance a diversos powwow, bailando como una pareja del mismo sexo y combinando sus regalias (trajes típicos) algo que en muy pocas ocasiones se hace.

“A través de los años, nosotros hemos creado y colaborado en muchos de nuestros diseños” dice Stevens, en su entrevista para Vogue.

Pero su aporte va más allá de solo bailar en los powwow, pues su estilo fue la inspiración para “Sweetheart Dancers” un documental en el cuál se cuenta su historia y gracias a él podemos conocer más sobre su cultura y lo que significa ser un “espíritu doble”. También han declarado en diversas ocasiones que con su baile buscan educar a otras comunidades sobre las personas “Two-Spirits” buscando mayor aceptación y cambio a las reglas.

“No es biológico, es espiritual y está enlazado con todo lo que nos han enseñado desde pequeños” declara Stevens. “Mis tíos me reconocieron como un “Two-Spirit” incluso antes de que yo lo supiera.”

Para esta pareja, su encuentro fue amor a primera vista. Los dos crecieron participando en powwow en el estado de Utah y a menudo se reencontraban en otros eventos. Y a pesar de que los dos participaban en categorías completamente distintas, confesaron que era como si siempre “tuvieran el ojo en el ojo del otro” o mejor dicho “en el paso del otro”

La conexión fue instantánea pues los dos compartían dos pasiones: el baile y la confección de sus trajes. Steven comenta que la creatividad es una parte muy importante de su cultura y constantemente están creando y compartiendo conocimientos con otros, fue de ahí que nació su pasión por confeccionar sus propios atuendos.

Los dos confiesan que el camino a sido un desafío pues han tenido que aprender diferentes danzas y adaptarse a bailar con una pareja de su mismo sexo. Pero su dedicación y compromiso los han llevado a competir en diferentes powwow y buscan que su historia inspire para que se reescriban las reglas sobre quiénes pueden bailar y con quién en las celebraciones de su comunidad.

“Hemos estado triunfando, pues varias reglan han cambiado. Pero aún queda mucho trabajo por hacer” concluye Stevens, para Vogue.

Sin duda una historia inspiradora que nos enseña sobre tolerancia y nos da una gran lección al mostrar que en los lugares menos pensados podemos encontrar una cultura más inclusiva.

Que esto nos sirva como recordatorio de que aún estamos lejos de entender la cultura de cientos de comunidades que han conceptualizado la diversidad sexual desde sus propias costumbres, creencias y traiciones, regalándonos una riqueza cultural que no podemos desaprovechar.

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