“La discrepancia sexual es una constante en cualquier pareja. El deseo es fluctuante y difícilmente pueda ocurrir de manera conjunta en ambos integrantes a la vez”, aclara el sexólogo Federico Rinaldi
Las causas pueden ser orgánicas, psicológicas, emocionales o una combinación de ellas. En la lista, figuran el cansancio, el estrés, las preocupaciones familiares o las cargas laborales, que derivan en problemas que afectan los aspectos de la relación sexual. Pero hay un factor más determinante para la falta de sintonía, la rutina.
Las causas pueden ser orgánicas, psicológicas, emocionales o una combinación de ellas. En la lista, figuran el cansancio, el estrés, las preocupaciones familiares o las cargas laborales, que derivan en problemas que afectan los aspectos de la relación sexual. Pero hay un factor más determinante para la falta de sintonía, la rutina.
“Las personas que indican mayor satisfacción sexual en pareja no son aquellas que indican tener mayor deseo sexual, sino aquellas que logran estrategias efectivas para alcanzar el deseo”, señala el especialista.
La disritmia se vuelve un problema cuando el que quiere tener sexo más seguido comienza a frustrarse. Siente el rechazo de su compañero o compañera y hasta duda de su grado de atracción.”Las personas que indican mayor satisfacción sexual en pareja no son aquellas que indican tener mayor deseo sexual, sino aquellas que logran estrategias efectivas para alcanzar el deseo”, señala el especialista.
La disritmia se vuelve un problema cuando el que quiere tener sexo más seguido comienza a frustrarse. Siente el rechazo de su compañero o compañera y hasta duda de su grado de atracción.
“Si hay discrepancias, lo mejor es dialogar sin culpar y conversar respecto de las expectativas de cada uno”, sugiere Rinaldi.
Cuanto más pasa el tiempo sin relaciones que se acerquen a las expectativas individuales, el malestar aumenta, el desgaste es mayor y las posibilidades de arribar a soluciones satisfactorias se hacen más difíciles.
“Hay que dedicarle tiempo a actividades de disfrute relacional y generar acuerdos sexuales. Masturbarse,comunicarse, tener sexo extracoital y sumarse al acto sexual aún sin tantas ganas”, recomienda el sexólogo.
El momento de consultar con un profesional es cuando se registra que hay un malestar intenso asociado a la frecuencia de los encuentros sexuales. Mientras antes se consulte, mayor es la efectividad del tratamiento.