En medio de un contexto donde la tolerancia parece tambalear en Ámsterdam, el bar nudista Free Willie emerge como un refugio para la comunidad LGBTQIA+. Situado en una pintoresca casa cerca de un canal en la capital holandesa, este establecimiento ha ganado reputación como un espacio inclusivo y acogedor.
Su decoración relajada, que incluye elementos fálicos desde el logo hasta perchas, refleja su ambiente desenfadado. Aunque se permite la vestimenta interior para aquellos que lo prefieran, el propietario, Richard Keldoulis, de 61 años, promueve la desnudez como una forma de liberación y de crear una atmósfera más abierta y relajada. “A veces veo que todo el mundo está desnudo, excepto uno o dos reacios que acaban quitándose la ropa interior”, compartió Keldoulis en una entrevista con la AFP.
El bar no solo es un lugar para la desnudez, sino también un espacio de encuentro social. Los jueves por la noche, alberga campeonatos de billar, donde los participantes compiten por un premio de 50 euros. Esta actividad no solo es una oportunidad para la diversión, sino también para la socialización en una ciudad donde los espacios para la comunidad LGBTQIA+ son escasos.
Con alrededor de 20 establecimientos dedicados a la comunidad LGBTQIA+ en la ciudad, el Free Willie se destaca por su enfoque único. Según Erik de Roo, de 67 años, uno de los jugadores de billar habituales, el ambiente del bar es “sexualmente excitante”. Por otro lado, su esposo, Philip Bodifee, de 56 años, lo ve como “una cuestión más de libertad que de sexualidad”.
En un momento en el que la intolerancia parece ganar terreno, lugares como el Free Willie demuestran la importancia de espacios inclusivos donde la diversidad es celebrada y respetada.