En el sexo la estimulación es primordial, pero para conseguir los mejores orgasmos debes ver más allá de tu pene y olvidarte un poco del semen para descubrir que la única magia que le dice adiós al estrés se esconde en el pezón.
De hecho, no importan ni tu edad, ni tu sexo. Solo necesitas disposición y ganas de experimentar.
A continuación, te contamos cómo este extraño fenómeno es posible y cómo tú puedes conseguirlo de manera bastante sencilla.
La ciencia detrás del placer
Seguramente tu primera duda es cómo pueden existir orgasmos de pezón. Pues para tu sorpresa esta área del cuerpo está repleta de terminaciones nerviosas, haciéndola extremadamente sensible al tacto.
Cuando una mano o boca amiga juega con esta área, inmediatamente lanza chispas directo a tu corteza sensorial genital. Esta última es la zona encargada de la excitación sexual.
Cabe destacar que este tipo de orgasmos es un poco diferente a los convencionales. De acuerdo con algunos testimonios recabados por el sitio Heatlhline, estos orgasmos explotan un poco de la nada, pero van aumentando de intensidad lenta y gradualmente.
También existe la idea de que únicamente las personas que fueron asignadas como mujeres al nacer son las que los pueden tener. Sin embargo, esto es una completa y total mentira. Los hombres también pueden divertirse, solo que por desgracia tienen más prejuicios sobre ello.
¿Cómo conseguir uno?
Ok, ya entendimos que se pueden conseguir orgasmos increíbles a través de la estimulación del pezón. Sin embargo, no por eso tienes que salir corriendo a que te los muerdan o pellizquen.
Lo más recomendable es iniciar lento. Trata de encontrar la forma con la que te sientas cómodo. Prueba usar un poco de saliva u otro lubricante, hará que las cosas se pongan interesantes.
En cuanto a las mordidas, no a todos les gustan y a muchos eso jamás los llevará al máximo punto del placer. Si quieres descubrir si es lo tuyo, intenta que te den algunas muy leves y ve subiendo la intensidad hasta que comience a dolerte.
También es bueno que los dejes respirar de cuando en cuando. Estimula por algunos minutos y luego para, verás que el efecto podría incrementarse aún más.