Todos, en el algún momento de nuestra vida, nos hemos enamorado. Hemos vivido la gratificante experiencia de conocer a una persona con la que nos sentimos a gusto y deseamos pasar buenos momentos. Sentimos mariposas en el estómago, sonreímos cada vez que vemos a nuestra pareja y disfrutamos de su compañía. El proceso de enamoramiento está dividido en dos partes: amor pasional y amor romántico —o de pareja—.
La primera etapa tiene una duración de entre seis y ocho meses. Este periodo inicia cuando conocemos a nuestra pareja. Durante el amor pasional, las emociones están «a flor de piel» y, si no se controlan, la relación puede fracasar. Por su parte, el amor de pareja inicia después de dicho periodo y se caracteriza por una estabilidad en las emociones. En esta etapa conoces la parte racional de tu «media naranja».
El amor pasional
En entrevista para Notimex, el doctor Raúl Martínez Mir, del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora (Unison), señaló que el amor pasional tiene una duración de hasta ocho meses. Durante este periodo, el cerebro libera la serotonina, mejor conocida como la hormona de la felicidad. El aumento de la atracción sexual, el deseo y la excitación provocan que la pareja actúe según sus emociones y no de manera racional. Es decir, las personas no miden las consecuencias de sus actos o no son conscientes de las decisiones importantes que toman.
La psicología moderna divide al amor pasional en siete etapas: admiración y atracción física, fantasías amorosas, esperanza, nacimiento del amor, cristalización de cualidades, la duda y la segunda cristalización —que se traduce en el anhelo de ser correspondido—. Durante este proceso, es común que las personas confundan el amor con la necesidad de sentirse completos gracias a la pareja.
Esto último es un problema que podría desencadenar en obsesión. La especialista en psicología de pareja, Bianca P. Acevedo, asegura en un artículo para SAGE Journals que la obsesión es una manifestación de la inseguridad en la que viven muchas personas o por una baja autoestima. De no tratarse a tiempo, podría provocar el fracaso sentimental.
El amor romántico
Es la segunda etapa del enamoramiento. Tiene los mismos componentes que el pasional: intensidad, compromiso y química sexual; sin embargo, no se presenta la obsesión. Esto es porque bajan los niveles de la serotonina, por lo que el amor pasional da paso al amor de pareja.
En esta etapa es indispensable la seguridad en uno mismo y una autoestima alta. En su libro Liking, Loving, and Relating, la escritora Susan Hendrick afirma que la combinación de ambos elementos «permite una intensa atención a la pareja, sin caer en los celos o sentimientos de posesión». Además, este tipo de amor debe ser mutuo, equilibrado, armónico, justo, balanceado y honesto. Es decir, ambas partes deben poner de su parte para evitar caer en el aburrimiento y fracaso.
Ambas etapas son perjudiciales en exceso. Es aconsejable que se equilibre la racionalidad con la emotividad. En otras palabras: hay que mantener la chispa encendida. Con el paso del tiempo, la relación podrá fortalecerse y la confianza aumentará.
