La ciencia puede explicarlo todo, incluso por qué te gustan tanto los hombres mayores de 40 años aproximadamente. Y es que tu inclinación por los maduritos seguro te ha traído algunas críticas en tu círculo de amigxs.
Sin embargo, debes saber que quizá este fenómeno tiene una explicación mucho más interesante de lo que crees.
A continuación, te decimos exactamente por qué de pronto las canas y el porte te pueden hacer perder la cabeza
¿La explicación más obvia?
Si te gustan los mayores, probablemente ya te has echado las mil y una teorías que te dan tus amigos y familia sobre este tema: que tienes problemas sin resolver con tu papá, que buscas que te cuiden o incluso que eres cazafortunas
Sin embargo, la idea detrás de salir con un hombre maduro es mucho más extensa y compleja que eso. Por ejemplo, en los medios se retrata a las personas de mayor edad como más románticas, sabias y amables. Esto ha ayudado a popularizar la imagen sexy de los hombres con experiencia, que parecen tener el mundo en sus manos.
No obstante, sabemos que en la vida real la edad no es constancia de nada y que una persona puede ser grosera o irresponsable, tenga los años que tenga.
Aun así, un relato anónimo encontrado en un artículo de Grazia describe así a los hombres de más de 40:
«En general, son mejores en la cama, tienen su propio lugar, hacen excelentes desayunos, nunca son unos imbéciles si ya no quieres volverlos a ver y no les importa si te enojas y les llamas 15 veces seguidas a las 4 a. m.».
Esta breve descripción muestra la inclinación de ciertas personas por la seguridad en todos los ámbitos. La cual, en la cultura popular occidental, se asocia directamente con la edad
Fenómeno psicológico
Más allá de las explicaciones obvias, existen puntos de vista más apegados a la ciencia que te responderán de manera más amplia por qué te gustan mayores.
La profesora Madeleine Fugère escribió en 2014 el libro The Social Psychology of Attraction and Romantic Relationships.
En él, la autora explora el tema de la atracción por la gente mayor y cree que, más allá de un cliché cultural, existe un fenómeno evolutivo detrás:
«Esta preferencia existe transculturalmente, lo que sugiere que es casi universal».
Al parecer, un instinto biológico nos lleva a buscar nuestra estabilidad y a entender con quién podemos encontrarla de manera más fácil:
«Una pareja más grande podría estar en una mejor posición para proveer estabilidad, también podría ser más madura […] Esta es definitivamente una preferencia inconsciente».