Los médicos de Urgencias han registrado toda clase de casos clínicos en los que alguien había introducido un objeto extraño en su cuerpo con las correspondientes consecuencias. En Reino Unido, han registrado uno singular cuando un adolescente trató de medir la longitud de su pene utilizando un cable USB que se quedó bloqueado en su uretra hasta que los doctores solucionaron el peligroso enredo.
El británico de 15 años acudió a los servicios sanitarios, pero no confesó el problema hasta que su madre abandono la consulta. Según su testimonio, la motivación de haber introducido un cable USB en la uretra se debía a “curiosidad sexual” por medir la longitud de su aparato reproductor. No se trataba de una de las fantasías sexuales más habituales entre los hombres sino de una mala idea de juventud.
Los doctores procedieron a una operación para retirar el objeto extraño y el muchacho pudo abandonar al día siguiente el centro hospitalario con un tratamiento de analgésicos y dos semanas de observación para comprobar la evolución de la zona dañada. La operación quirúrgica fue “un desafío” para el equipo de Urología, según el informe médico, aunque afortunadamente no se observaron problemas físicos a corto plazo.
Según el informe ‘Autoinsercción de un cable USB en la uretra para experimentación sexual: un informe del caso’ publicado en la revista científica Urology Case Reports, las consultas con objetos introducidos en la uretra son “una rareza clínica”, pero hay una gran diferencia de objetos insertados. Agujas, alfileres, alambres de hierro o cáscaras de pistacho han tenido que ser extirpadas del interior de los genitales, según sus datos.
No obstante, los objetos deben ser retirados por los profesionales para evitar problemas. “Son una minoría los casos de objetos externos que permanecen completamente asintomáticos”, avisan los científicos. “En la mayoría de los casos se presentan con síntomas del tracto urinario inferior que incluyen disuria, hematuria macroscópica, erección dolorosa e incluso retención urinaria aguda. Además, dependiendo del mecanismo de inserción y del tamaño y la forma del objeto, pueden causar complicaciones tardías, principalmente infecciones urinarias recurrentes, estenosis uretral o falsos conductos y perforación de la vejiga, que pueden requerir procedimientos reconstructivos importantes para restaurar la anatomía”, alertan los doctores sobre estas prácticas en su investigación.
Según los expertos, habitualmente estas situaciones se deben a una práctica sexual, curiosidad o trastornos mentales.