Nueva vacuna contra el VIH aprovechará lo aprendido con la Covid-19

La nueva vacuna solo ha superado la fase I de ensayos clínicos, pero se esperan resultados prometedores tras lo aprendido por el coronavirus.

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Desde hace poco más de un año, el mundo entero tiene la vista puesta en el desarrollo y la administración de vacunas contra el coronavirus. Sin embargo, la Covid-19 no es la única enfermedad que mata a millones de personas.

De hecho, hay otras infecciones que llevan años haciéndolo, como es el caso del SIDA: desde el descubrimiento de la causa del virus en 1981, se estima que han muerto más de 30 millones de personas.

Afortunadamente, a día de hoy existen tratamientos que dotan a los pacientes con SIDA de una calidad de vida prácticamente normal, siempre que no dejen de tomarlos en toda su vida. Pero no es suficiente. Su alta tasa de mutación y su capacidad para «esconderse» en reservorios a la espera de que llegue su momento, han hecho muy complicado obtener el fármaco.

Se han iniciado numerosos ensayos con animales, la mayoría de ellos sin obtener buenos resultados. Ahora, uno de ellos, cuyos resultados acaban de hacer públicos en un comunicado, ha vuelto a dar lugar a la esperanza. Se trata solo de la fase I, aún hay mucho camino por andar, pero al menos de momento, parece que ese podría ser un camino correcto.

Otro paso hacia la vacuna del VIH
La fase I de los ensayos clínicos es aquella en la que se comienza a analizar su seguridad y se buscan las dosis más eficientes, siempre con un número aún reducido de pacientes. En este estudio, enmarcado en la Iniciativa Internacional Vacuna contra el SIDA (IAVI), participaron 48 personas, que se dividieron en dos grupos, uno para testar una dosis baja y otro para probar otra más elevada.

Además, la mitad de cada grupo recibió un placebo. Esto significa que se le administró una sustancia aparentemente igual que la vacuna, pero sin ningún efecto sobre su organismo. Así, se pueden comparar los resultados y comprobar si, efectivamente, la vacuna del VIH ha funcionado como es debido.

El objetivo era comprobar si se generaba inmunidad frente al virus. Y así fue. Una vez administradas las dos dosis, con dos meses de separación entre ellas, el 97% de los que recibieron el fármaco habían generado células inmunitarias y anticuerpos eficaces para combatir el VIH.

Según ha explicado el director ejecutivo de diseño de vacunas en el Centro de Anticuerpos Neutralizantes de IAVI, William Schief, es que la tecnología que han empleado podría utilizarse para prevenir otras enfermedades, como el zika o la malaria.

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