Cuando prefieres masturbarte a tener sexo con tu pareja

En algunos casos, la masturbación se convierte en la opción más placentera y acaba excluyendo a a pareja

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Mi pareja acaba de descubrir que me masturbo con bastante frecuencia, aunque a él le digo a menudo que no tengo ganas. Lo he rechazado muchos acercamientos, él lo intenta y siempre digo que estoy agotado, que mejor mañana o alguna otra excusa. El problema ha surgido al saber que sí que tengo deseo y me apetece el sexo, pero que prefiero masturbarme. La verdad que estamos en un momento crítico y él no entiende nada; está muy bloqueado y yo no sé tampoco qué me ocurre, por qué prefiero tocarme yo a tener sexo con él .

Cada vez en consulta me encuentro con más casos que en confidencia me confiesan que prefieren su autoestimulación a tener un encuentro íntimo con su pareja. Inevitablemente este escenario nos refleja algún tipo de problema oculto, pero ¿cuáles acostumbran a ser los más comunes? ¿por qué ocurre?

Se trata de una práctica conocida como solosexualidad, hace referencia a elegir como primera opción sexual y deseada la masturbación. Los defensores alegan que consiguen más comodidad y satisfacción en comparación con otras prácticas sexuales compartidas.

La solosexualidad

Sus defensores alegan que la masturbación les satisface más, el problema es si se convierte en la única práctica sexual por otras causas
Lo positivo de la masturbación es que favoreces el autoconocimiento corporal, aprendes a disfrutar de tu sexualidad y este aspecto es básico para poder compartir a posteriori la sexualidad con alguien.

El problema empieza cuando la masturbación deja de ser una opción, una alternativa más de disfrute y se convierte en la única práctica sexual excluyendo la posibilidad de estar con alguien. En este caso la solosexualidad es una vía de protección, consigues evitar el relacionarte con otra persona y todo lo que ello conlleva, miedos, inseguridades, falta de habilidades sociales, etcétera.

Evitas afrontar aquello que inicialmente te puede generar estrés y malestar como imaginarte que te rechazan, o que no gusta lo que haces, o que te sientes incómodo, etcétera.

Las principales razones:
1. Fracaso previo
Uno de los motivos por los que se puede preferir la masturbación frente las relaciones sexuales en pareja es una experiencia anterior, las consecuencias de una relación que ha comportado mucha frustración.

2. Inseguridad
Por la falta de experiencia, es el caso de personas que no han experimentado demasiado en seducción y sexualidad compartida.

3. Malestar o disfunción sexual
Evitan el encuentro por falta de atracción, por problemas con la pareja o por la vivencia de alguna disfunción sexual

Mayoritariamente me encuentro en esta tesitura a más hombres, quizás tienden a autopresionarse más o la propia sociedad les impone la idea de que deben ser un 10 en la cama y eso les genera un gran bloqueo y consecuentemente una evitación del encuentro íntimo.

La pornografía tampoco ayuda, este recurso que bien usado puede ser una fuente de excitación, mal usado genera una dependencia y es una vía de escape. Fomenta el individualismo, el aislamiento y el miedo a la interacción social.

Egoismo y miedos

Cada vez somos más individualistas y eso hace que a veces se prefiera el placer rápido antes que la dedicación sexual hacia otra persona
Cada vez somos seres más individualizados y con más miedos emocionales, además de egoístas. Ese egoísmo también provoca que se prefiera una rápida masturbación que tener que lidiar con el placer y la dedicación sexual hacia otra persona.

Sea como sea, lo más importante es el papel que le das a la masturbación en tu vida, si la llevas al extremo o si solo es un recurso más. Si sientes que la estás priorizando por encima del resto de opciones quizás es el momento de analizar qué malestar hay detrás, sabiendo que si lo gestionas y lo afrontas podrás alcanzar una vida sexual y emocional plena.

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