Nena trans de 5 años fue anotada con su identidad de género autopercibida

lor estuvo a cargo de elegir su nueva ropa y su nombre, que coincidieron con sus sentimientos y su autopercepción.

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El jueves pasado, en la oficina local del Registro Provincial de las personas de Azul en la provincia de Buenos Aires, una niña trans de 5 años pudo efectuar la anulación de su partida de nacimiento y reemplazarla por una nueva, que refleje su género autopercibido.

Allí, la niña, su abogado y sus padres, ante la necesaria participación de las empleadas de la dependencia provincial, despidieron a un varón y le dieron la bienvenida a Flor. Sus padres decidieron contar su historia “Si abre una sola cabeza, un solo corazón habrá valido la pena”.

Los papás de Flor decidieron contar su historia, porque saben que hay familias de Azul que pueden estar pasando por lo mismo.

El 23 de julio en la oficina azuleña del Registro Provincial de las personas Flor, junto a sus padres, recibió la anulación de su partida de nacimiento, que fue reemplazada por una nueva que refleja su género autopercibido.

El viaje de Flor comenzó cuando tenía un año y medio y su partida decía que era un varón. Su mamá comenzó a notar cómo su hijo utilizaba remeras a modo de vestido y le pedía repasadores para simular tener el cabello largo. También manifestaba el deseo de ser una princesa y dejaba bien en claro que ella era una nena.

Sus padres sintieron curiosidad y en una primera consulta profesional con el pediatra, éste opinó que tal vez Flor imitaba a una figura femenina que admirara. Un primera consulta con una psicóloga les dio una respuesta que hoy en día sigue siendo muy común en la sociedad argentina: les recomendó reprimir los sentimientos de su hija y ocultarle la ropa, zapatos y maquillaje de su madre.

A partir de ese momento los papás de Flor comenzaron un largo camino de búsqueda de casos similares a los de su hija en el país y de aprendizaje a través de videos de YouTube para poder darle las herramientas adecuadas a su hija para que sea plenamente ella, con su identidad, sin condicionarla ni presionarla.

Flor estuvo a cargo de elegir su nueva ropa y su nombre, que coincidieron con sus sentimientos y su autopercepción. Atrás quedaron su antiguo nombre y las vestimentas estereotípicas masculinas.

El siguiente paso fue anular la partida de nacimiento, ya que los datos que allí figuraban no representaban a Flor. Esto, sumado a que se tornaba complejo asistir a instituciones públicas teniendo que explicar delante de su hija lo que sucedía.

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