Grecia se convierte en el primer país cristiano ortodoxo en legalizar el matrimonio gay

En un histórico movimiento, el Parlamento de Grecia ha aprobado este jueves el matrimonio homosexual y la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo, desafiando la oposición de la poderosa Iglesia ortodoxa. Con una cómoda mayoría de 176 votos a favor, 76 en contra y 2 abstenciones, la reforma se ha hecho realidad, contando incluso con el apoyo de varios partidos de oposición, ya que una fracción de los legisladores del partido en el poder, Nueva Democracia (ND), optó por votar en contra, abstenerse o ausentarse de la votación.

Este hito convierte a Grecia en el país número 20 de Europa en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y marca un momento significativo al ser el primer país de fe ortodoxa en hacerlo.

El primer ministro conservador, Kyriakos Mitsotakis, permitió que los miembros de su partido votaran libremente, superando así la resistencia interna de la facción más conservadora. Desde 2015, Grecia había reconocido uniones civiles para parejas del mismo sexo, pero sin otorgarles los mismos derechos que a las parejas heterosexuales.

Mitsotakis había prometido en su campaña electoral en junio de 2023 que impulsaría esta reforma, a pesar de la férrea oposición de la Iglesia ortodoxa. Ha instado en repetidas ocasiones a la Iglesia a no intervenir en los asuntos del Estado e incluso citó un pasaje bíblico durante el debate parlamentario: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

El argumento principal del primer ministro ha sido la necesidad de eliminar las disparidades legales que afectan a muchas familias, a pesar de la consternación que la medida ha generado entre algunos de sus votantes.

Con esta nueva legislación, las parejas del mismo sexo tendrán una mayor seguridad jurídica y podrán despreocuparse de perder la custodia de sus hijos en determinadas circunstancias.

Si bien las asociaciones pro derechos LGTBI han celebrado esta aprobación como un hito histórico, algunas han expresado su descontento por la falta de regulación sobre la gestación subrogada para parejas homosexuales.