Entre los muchos retos a los que se enfrenta la población LGBTQIA+ en la sociedad, hay uno que puede pasar desapercibido: la salud del corazón. Estudios recientes revelan una tendencia preocupante en la salud cardiovascular de los adultos LGBTQIA+.
Rekha Mankad, cardióloga de Mayo Clinic, explica qué puede estar poniendo a los adultos LGBTQIA+ en mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y qué se puede hacer para reducir ese riesgo. “La comunidad LGBTQIA+ suele ser un grupo de personas más marginado. Y uno de los primeros problemas es que quizás no acudan a los médicos para los controles de salud periódicos”, apunta la experta.
Aproximadamente la mitad de las personas LGBTQIA+ dicen haber experimentado discriminación en el entorno de la atención médica, lo cual es un factor que hace que sea menos probable que visiten a un médico que las personas heterosexuales cisgénero. “Si tiene miedo de ver a un médico, en realidad no va a hablar sobre las cosas que lo ponen en riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca”. Otro factor preocupante es la alta incidencia de estrés derivado de la discriminación.
Las personas que se identifican como LGBTQIA+ corren un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental como depresión, estrés crónico y ansiedad, según la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales .
Rekha dice que estos factores estresantes adicionales pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca. “Hay tensiones interpersonales como el autoestigma. Y también la experimentación del prejuicio y la violencia potencial”, comenta el experto. “Si aumenta el estrés, es probable que se vuelva más ansioso o deprimido. Además, puede que sea menos probable que vayas a hacer ejercicio porque estás incómodo en un vestuario, por ejemplo”, añade.
Dadas estas preocupaciones, es crucial que las personas de la comunidad LGBTQIA+ sean proactivas con respecto a la salud del corazón. “Le diría a la comunidad, no duden en ir a ver a un profesional de la salud y hablar con ellos abiertamente. Hazles saber que te preocupa tu salud en general, y específicamente tu salud cardiovascular, y realmente replantéate y planifica lo que puedes hacer para proteger tu corazón a largo plazo”, comenta el cardiólogo.
Cuando se trata de prevenir enfermedades cardiovasculares, conocer sus factores de riesgo también es clave. Factores como la presión arterial alta, el colesterol alto, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo y la obesidad pueden aumentar la posibilidad de padecer enfermedades cardíacas, por lo que es importante conocer los hábitos. “Son cosas de las que hablamos con todo el mundo, pero hay que consultar a un profesional para hablar de estos factores de riesgo”, concluye el experto.