A pesar de que en varios países de América Latina ha habido una reducción en las tasas generales de homicidios, la violencia letal contra las personas LGBTIQ+ continúa aumentando. En 2023, los homicidios contra esta comunidad registraron un incremento del 5,5 % en comparación con el año anterior, según un informe publicado por la Red Sin Violencia, que agrupa a diez organizaciones de derechos humanos en la región.
El documento detalla que un total de 364 personas LGBTIQ+ fueron asesinadas en diez países de América Latina y el Caribe, con Ecuador, Perú y Guatemala experimentando los aumentos más significativos. En Ecuador, los homicidios contra personas LGBTIQ+ crecieron un alarmante 144,4 %, mientras que Perú reportó un aumento del 63,6 % y Guatemala del 34,5 %.
Aunque en países como México y República Dominicana se observó una disminución en los asesinatos de personas LGBTIQ+, la falta de información clara dificulta determinar si se trata de una disminución real de la violencia o si los casos están siendo invisibilizados. En general, América Latina ha sido testigo de altos niveles de violencia durante la última década, impulsada en gran medida por el crimen organizado.
En 2023, algunos países lograron reducciones notables en sus tasas de homicidios, como El Salvador, Honduras y Perú, pero la violencia sigue afectando de manera desproporcionada a la comunidad LGBTIQ+, que enfrenta mayores riesgos debido a la discriminación por su orientación sexual o identidad de género.
Factores que alimentan la violencia
El informe señala que el crimen organizado, el fácil acceso a armas de fuego y la fragilidad de los sistemas de justicia son factores clave en la perpetuación de la violencia en la región. Para las personas LGBTIQ+, estos riesgos se ven exacerbados por el prejuicio y la discriminación, alimentados por discursos de odio y políticas regresivas en algunos países.
Uno de los datos más alarmantes del informe es que las mujeres trans siguen siendo las principales víctimas de homicidios en la región. En Ecuador, por ejemplo, el 81,8 % de las personas LGBTIQ+ asesinadas en 2023 eran mujeres trans. Estas mujeres son vulnerables no solo por su identidad de género, sino también por su situación socioeconómica, lo que las convierte en objetivos fáciles para la extorsión y el crimen organizado.
Diversidad de víctimas según el país
Mientras que en Ecuador, Perú y México las mujeres trans son las principales víctimas, en países como El Salvador, Guatemala y Colombia, los hombres cisgénero gais y bisexuales ocupan esta trágica posición. En estos casos, los ataques suelen estar relacionados con robos y agresiones en domicilios, donde la orientación sexual o identidad de género de las víctimas juega un papel clave en su selección.
Impacto social y político
El impacto de esta violencia no solo afecta a nivel individual, sino que también tiene un efecto devastador en las comunidades LGBTIQ+, desmantelando redes sociales y dificultando la participación política y social de sus miembros. Defensores de derechos humanos LGBTIQ+también enfrentan amenazas y ataques, lo que inhibe sus esfuerzos por promover la igualdad y los derechos.
Las políticas de “mano dura” adoptadas por gobiernos como los de El Salvador, Ecuador y Honduras, que buscan combatir la inseguridad, también representan un riesgo para los derechos humanos de las personas LGBTIQ+. Estas políticas han resultado en un aumento de las detenciones arbitrarias y los abusos de poder, creando un clima de temor e impunidad que agrava la situación de esta comunidad.
El rol de los grupos religiosos y políticos
Además de la violencia física, la comunidad LGBTIQ+ enfrenta crecientes ataques ideológicos por parte de grupos fundamentalistas religiosos, que han aprovechado la crisis política y social para reforzar su agenda anti-LGBTIQ+. En Honduras, por ejemplo, estos grupos han logrado afianzar su influencia política, mientras que en Perú han incrementado su presencia en el Congreso, alineándose con sectores ultraconservadores que se oponen al reconocimiento de los derechos de las personas LGBTIQ+.
A pesar de algunos avances en la región, el informe concluye que la violencia homicida contra la comunidad LGBTIQ+ sigue siendo una grave preocupación en América Latina. El prejuicio, la discriminación y la impunidad continúan alimentando esta problemática, que impacta no solo a nivel individual, sino también en la cohesión social y la participación democrática de las personas LGBTIQ+.