Deportista de atletismo sale del closet

En una emotiva entrevista con The New York Times, Trey Cunningham, de 25 años, uno de los principales deportistas del atletismo del mundo, se declaró públicamente gay. Aunque había compartido su orientación sexual con amigos y familiares hace cinco años, decidió ahora hacer pública esta parte de su vida.

Durante la conversación, Cunningham describió las primeras llamadas telefónicas para revelar su orientación como “la cosa más aterradora” que jamás haya hecho. Explicó que hablar de sus objetivos en voz alta es una técnica de entrenamiento que siempre ha utilizado, pues cree que “poner algo en palabras lo hace real”.

Criado en Winfield, Alabama, una zona conservadora y religiosa, Cunningham tardó un tiempo en aceptar y comprender su orientación sexual. No pensó mucho en ello durante la escuela secundaria, pero comenzó a explorar la idea en la universidad. “Me tomó un tiempo darme cuenta de que se sentía bien”, comentó. La aceptación fue paulatina, tanto para él como para sus padres, quienes también necesitaron tiempo para ajustar sus expectativas. “Tenían ciertas expectativas para su pequeño, sobre cómo sería su vida, y eso está bien. Les di un período de gracia de cinco años. Tuve que tomarme mi tiempo. Ellos también podrían llevarse el suyo”, recordó.

A pesar de los temores iniciales, la reacción de sus amigos y colegas fue positiva. Cunningham señaló que muchos de sus amigos ya sospechaban y que la confirmación no afectó sus relaciones. “Tuve mucha suerte de tener un grupo de personas a las que no les importaba”, dijo.

En el ámbito deportivo, Cunningham destacó que la respuesta también fue de apoyo, ya que el atletismo es un “deporte para inadaptados”, donde hay lugar para todo tipo de personas. Subrayó que en el deporte el foco principal es el rendimiento, no aspectos personales como la sexualidad. No obstante, reconoció que aún es poco común que los deportistas masculinos se declaren abiertamente.

Cunningham también reflexionó sobre las implicaciones prácticas de su decisión, incluidos los riesgos potenciales al competir en países donde la homosexualidad está criminalizada. Mencionó la necesidad de consultar con su equipo directivo antes de viajar a lugares como Qatar. El atleta espera que en el futuro, tanto la cultura deportiva como la sociedad en general lleguen a un punto en el que “la gente no tenga que ‘salir del armario'” y todos puedan ser aceptados tal como son.