La historia nació en 1997 con un artículo de la escritora estadounidense Annie Proulx para The New Yorker. Su autora jamás pensó que tendría tal impacto o en la remota posibilidad de que podría volverse una película, pero el relato corto sobre dos vaqueros que se enamoraban en un entorno rural atrajo rápidamente la atención de los lectores y, más tarde, de Hollywood. “Es una historia de amor y hoy en día apenas hay amor”, explicó a Associated Press sobre cómo ideó la narración que dio origen a Secreto en la montaña (Brokeback Mountain).
Proulx consideró que el momento para soltar esta historia al mundo era perfecto: “La gente está harta de divisiones, odio, catástrofes, guerras, pérdidas, y necesita y quiere que se le recuerde que a veces el amor es fuerte y permanente, y que le puede pasar a cualquiera”, dijo en la misma entrevista.
En principio, creyó que no iba a publicarse porque no era una temática habitual en el ámbito literario de la época. Por ende, fue un completo “shock” ver que se convirtió en un largometraje. Finalmente, vio su artículo tomar vida propia en pantalla en el año 2005 y quedó asombrada con el resultado, porque aquellos personajes que se hicieron parte de ella, reaparecieron de alguna forma.
“Llegaron a ser tan reales para mí como personas de carne y hueso, que respiran oxígeno. Tardé mucho tiempo en sacarme esos personajes de la cabeza para poder seguir trabajando. Luego, cuando vi la película, volvieron de golpe”.
“Inicié conversaciones y debates, que despertaron en la gente empatía por la diversidad, por los demás y por el mundo en general. Realmente espero que la idea de tolerancia surja a través de los debates sobre la película”.
Cabe destacar que, para ese entonces, el matrimonio gay no era legal en todas partes de Estados Unidos y, desde las facciones más conservadoras, aún se utilizaban justificaciones homofóbicas para evitar los avances legales en torno a la diversidad LGBTQ+. Annie Proulx insistió en que era una historia romántica como muchas, pero “universal y específica” a la vez. “Es una historia muy, muy antigua. La hemos oído millones de veces, pero nunca con este reparto”, sostuvo.
“Los únicos que tendrían problemas con ella son las personas muy inseguras de sí mismas y de su propia sexualidad y que se defenderían, y normalmente se trata de hombres jóvenes que aún no se han hecho la idea”, aseguró la escritora en respuesta a cómo creía que reaccionaría al público. Y añadió con sinceridad: “Jack y Ennis probablemente tendrían problemas con esta película”.
Se arrepintió del final de “Secreto en la montaña”
Años más tarde, la mujer detrás de Secreto en la montaña terminó por detestar su final por una sola razón: el mundo no lo soportó. “Trata de la homofobia, de una situación social, de un lugar, de una mentalidad y una moralidad particulares. Simplemente no lo entienden”, afirmó en una conversación con Paris Review en 2009.
Expresó a la publicación que muchos habían “malinterpretado completamente la historia”, porque necesitaban llenar los espacios de sí mismos y lo reflejaban en el film con la reescritura de finales felices con “todo tipo de novios y nuevos amantes y demás después de que Jack es asesinado”. Y confesó: “Eso me vuelve loca”.
Le enojaba demasiado que se le cuestionara que no supiera cómo escribir acerca de hombres homosexuales siendo ella una mujer. “Y puede que lo sepan”, admitió. “Pero esa no es la historia que escribí. No son sus personajes. Los personajes me pertenecen por ley”.
Secreto en la montaña tuvo un largo camino de transformación de perspectivas sociales y se mantuvo vigente con el paso de casi dos décadas, siendo considerada hoy una de las propuestas más emblemáticas del cine LGBTQ+. Pero, ¿hubiera sido tan diferente sin la dirección de Ang Lee? El cineasta taiwanés venía de filmar Hulk (2003), una adaptación de superhéroes no muy querida por los fanáticos de Marvel. Tenía en sus manos un proyecto innovador y en el que debía cuidar los detalles para generar la sensibilidad esperada en la audiencia.
Almodóvar pensó en una versión más sexual
El año pasado, el aclamado y siempre polémico director Pedro Almodóvar, reveló a Fotogramas que quiso dirigirla, pero no llegó a negociar cuál iba a ser la flexibilidad de su “libertad artística”. En ese sentido, admitió que “habría metido muchas más escenas de sexo [porque] es una relación muy animal, en el mejor de los sentidos”. Dos hombres solos en el campo pastorean ovejas durante el invierno y deben darse calor para continuar con las labores, eso era algo que el realizador español hubiera plasmado con mucho más exacerbación en el contacto físico.
Sin embargo, “la desnudez está en otro lado. Por ejemplo, en cómo se miran durante una cena. Están mucho más expuestos en esa conversación que en una orgía”, dijo Almodóvar sobre el corte final de Lee, el cual recién logró entender cuando filmó su cortometraje Extraña forma de vida, donde casi no hay escenas sexuales: “Aquí lo que están desnudas son las palabras. Prefiero ser más explícito en la parte que se cuenta su juventud y que, años después, se transforme en un diálogo”.
El género western suele ser contemplativo: las escenas se transportan con acciones, silencios y unas pocas palabras. Y al ser vaqueros gobernados por su propia masculinidad, no se comunican demasiado. Es así que la relación que Jack y Ennis mantienen con sus esposas (Anne Hathaway y Michelle Williams) es fría y desapasionada; puesto que, solo se entienden entre ellos. Los diálogos entre los dos hombres en el clóset conforman la parte medular de la película, y eso no habría sido posible sin la dinámica entre los actores Heath Ledger y Jake Gyllenhaal.
Además de ser uno de los dramas gays mejor valorados en la historia del cine, se recuerda a Secreto en la montaña como uno de los últimos trabajos de Ledger. Tres años después de su lanzamiento en cines, la estrella de Hollywood falleció tras una intoxicación aguda por mezcla letal de oxicodona, hidrocodona, temazepam, alprazolam, diazepam y doxilamina, sustancias usualmente utilizadas para medicar la depresión.
Durante la promoción del film en Berlinale, el actor lamentó los comentarios negativos y explicó por qué sería una película trascendental: “Lo cierto es que trasciende cualquier etiqueta. Es humana. Es la historia de dos seres humanos, dos almas enamoradas. Supera el hecho de que son dos hombres. Esa es la cuestión. La película no es la historia de una epidemia o un virus o algo que se pueda curar en un hospital. Estamos mostrando que el amor entre dos hombres es tan infeccioso, emocional, fuerte y puro como lo es con el amor heterosexual”.