En la cultura gay contemporánea, el “himbo” se ha convertido en un término querido y celebrado. Este concepto desafía la noción de masculinidad tóxica, al tiempo que abraza características tradicionalmente masculinas. En este artículo, exploraremos el renacimiento del himbo masculino y qué lo hace tan especial.
¿Qué es un Himbo?
Un himbo, en su forma más simple, es un hombre atractivo pero que suele carecer de profundidad intelectual. Podría considerarse el equivalente masculino de una “bimbo“, aunque es importante no confundirlo con hombres que ocasionalmente dicen tonterías o hacen chistes tontos. Los himbos llevan la combinación de atractivo y falta de intelecto a un nivel diferente, haciendo de su aspecto físico y su aparente falta de profundidad una forma de vida e incluso una aspiración.
Lo que hace que los himbos sean especialmente queridos es su corazón eternamente puro. A pesar de sus limitaciones en cuanto a palabras o acciones inteligentes, compensan con bondad y buenas intenciones. Son personas que demuestran que la belleza física no está reñida con la bondad y la autenticidad.
El término “himbo” se utilizó por primera vez en un artículo del Washington Post en 1988, escrito por la crítica de cine Rita Kempley. Irónicamente, su contraparte femenina, el “bimbo“, originalmente se refería a un hombre atractivo pero brutal, pero con el tiempo, la sociedad patriarcal adoptó la palabra para describir a mujeres atractivas pero que a menudo eran subestimadas o tratadas como tontas.
Según Justin Myers el resurgimiento de los himbos se puede ver como una “reacción natural y una alternativa encantadora a los estereotipos de chicos malos o genios arrogantes”.
Desafiando la Masculinidad Tóxica
Independientemente de si alguien se identifica como un chico malo, un deportista, un nerd o un príncipe azul, la mayoría de los hombres se ven afectados de alguna manera por las expectativas de la masculinidad tóxica. El himbo emerge como una figura que presenta una masculinidad fuerte al tiempo que rechaza los rasgos de personalidad dañinos asociados con dicha masculinidad.
La característica más destacada del himbo es su falta de ego, lo que los convierte en figuras deseables tanto para aquellos que se identifican como homosexuales como para los heterosexuales. La idea de un hombre que es atractivo y siempre actúa con buenas intenciones es vista por muchos como un ideal.
Ya sea que un himbo sea un personaje alineado con el bien o el mal, siempre lo hace con una ingenuidad inocente, una lealtad inquebrantable y un corazón puro. Esta combinación de cualidades lo convierte en un refrescante contraste con las expectativas tradicionales de la masculinidad y en una figura que ha encontrado un lugar especial en la cultura contemporánea.