¿Qué significa vestir casual? El término se repite cada vez más como dress code de diferentes reuniones y, sobre todo, de varias oficinas que van dejando atrás el traje y comienzan a relajar sus códigos de vestimenta.
A veces la palabra puede llevar a confusión. Si hacemos una búsqueda rápida en el diccionario, encontraremos lo siguiente: “Que sucede por casualidad”. No es un mal comienzo. Por tanto, podemos definir “vestir casual” como vestir de manera relajada, como si todo ese acierto hubiera pasado por casualidad. Uno de esos looks que consigues sin esfuerzo, como de haber cogido un par de prendas del armario y haber acertado de lleno. Pero, seamos sinceros, escoger dos prendas al azar no siempre sale bien. Entonces, ¿qué es vestir casual?
Podemos definir “vestir casual” como una mezcla entre lo formal del traje con corbata y lo relajado de unos vaqueros. En este caso alcanzar el espectro del chándal no se contempla, mucho menos el rendirse a una casualidad que llega hasta la dejadez. Una cosa es que los códigos de vestimenta se relajen y otra muy diferente es que vayas hecho un pintas.
Una vez acotado el rango, podemos ir desde un traje sin corbata (con zapatos o zapatillas) a una blazer con pantalón sastre o con vaqueros y camiseta. Todo dependerá del nivel de formalidad del evento en cuestión. No siempre tendrás que rematar con una camisa y, por supuesto, olvida la corbata. Los polos de punto (más formales que los clásicos de piqué) y los jerséis –tanto de cuello redondo como de cuello alto– serán también buenos amigos. Con ellos conseguirás relajar el look sin perder el toque sofisticado.
Ahora que lo de “vestir casual” queda más o menos claro, existen una serie de puntos clave en los que fijarse para mejorar cualquier look casual y convertirlo en un look impoluto. Bastará con prestar atención a cuatro pequeños detalles:
La talla
Como decíamos, no es lo mismo vestir casual que vestir dejado, y aquí juega un papel importante la talla. Las costuras del hombro deben caer en la unión de la clavícula con el brazo. Las mangas, en el hueso de la muñeca. Los pantalones abrazando la cintura (sin apretarla ni resbalando por ella). Y el bajo de éstos cortar en su justa medida, ni por exceso ni por defecto.
Zapatillas sucias
A un hombre se le reconoce por su calzado, aunque sean unas zapatillas. ¿Qué razón hay para llevarlas sucias? Puede que lleves un look impoluto, pero olvídate de limpiar tu calzado y estás acabado. Mírate a los pies antes de salir de casa y cepíllalos si es necesario. En el caso de las zapatillas, el truco de los sneakerheads es rociarlas con un spray protector repelente de agua y suciedad antes de la primera puesta.
Prendas demasiado viejas
Eso que siempre has escuchado de que hay que renovar el armario es totalmente cierto. Con el paso del tiempo y por el uso, las camisas terminan desgastándose (sobre todo por los cuellos), a los jerséis les salen pelotillas y las zapatillas se curten y se amarillean (sobre todo los pisos de goma blanca por la falta de hidratación). Por ello es recomendable reemplazarlos cada cierto tiempo para no dar un aspecto dejado.
Dónde llevo las cosas
Mochila, riñonera, bolso… Las opciones son infinitas cuando hablamos de estilo casual pero, como en la ropa, debemos cuidar su estética, sobre todo si pretendes llevarla a la oficina. Hay opciones elegantes y sofisticadas que no tienen nada que ve